martes, 1 de septiembre de 2015

LAS CLARISAS VISITAN A LAS INTERNAS DEL C.P. DE BRIEVA PARA HABLARLES DE SU VOCACIÓN.



La hermana abadesa, María Teresa (Maite), y la hermana Beatriz participaron en las actividades que está organizando dentro de la prisión la Pastoral Penitenciaria de la diócesis de Ávila en colaboración con la dirección de Subtratamiento del centro. 

 HAY QUE ENCONTRARLE UN SENTIDO A LA RECLUSIÓN

(En la fotografía, las hermanas Beatriz y Maite junto al Padre Chuchi Galán, capellán del Centro Penitenciario de Brieva)


Reflejamos aquí algunos de los fragmentos del testimonio de la hermana Maite: 

".- Venimos a veros porque tenemos algo en común, la reclusión. Para nosotras es algo excepcional salir del convento; solemos salir solo en ocasiones especiales, al hospital o similar. Pero no salimos de paseo ni al cine …
.- Recuerdo mi vida, en donde se hace fundamental la coherencia y el seguimiento de Jesús, con una serie de valores que merecen la pena y al que hemos entregado la vida…
.- Soy natural de Sevilla, cuando tenía 17 ó 18 años, al acabar la carrera, seguía sintiendo sed. Trabajaba, tenía mis amigos, mi novio, colaboraba con algunas necesidades… pero me seguía faltando algo. En esa fase vine a estar sola para encontrarme conmigo misa a Ávila para ver qué hacía con mi vida. Tuve unos días de retiro. Pensaba que cuando tuviese dinero iba a ser feliz, pero no lo era. Al terminar el retiro volví a mi casa y aún no sabía qué hacer… Tenía, sin embargo, como un imán, una alegría o felicidad interior que me recordaba aquel retiro. Decidí volver tres o cuatro días más…
.- Uno elige, a veces equivocadamente, pero normalmente elige porque cree que le van a aportar más felicidad que la que tiene. Y así, decidí embarcarme en Ávila, llamada por Dios. Me venía esa felicidad en donde Dios fuera el centro de mi vida. Ahí llega la reclusión, me concentro en el ambiente que no me distrae, porque me comprometo en nombre de la humanidad a darle gracias a Dios cada día porque estamos vivos, porque sale el sol, porque la vida es preciosa, porque tenemos la capacidad de volver a empezar… Y también comunitariamente me comprometo a bendecir al Señor, a estar cerca de él. Él es el centro de mi vida. Desde ahí, por amor, una es capaz de entregar su propia existencia.
.- Hay que encontrarle sentido a la reclusión. La nuestra ha sido voluntaria, nuestra clausura es elegida al contrario que la vuestra. Nosotras intentamos vivir con una serie de valores muy determinados, que consigan que sea creíble vivir como hermanos, aunque tropecemos. Somos de carne, pero tenemos capacidad de pedirnos perdón. No somos un club de perfectas, los valores que Jesús nos ha mostrado nos merece la pena vivirlos…
.- Llevamos una vida rutinaria: sabemos lo que vamos a comer cada día, cada semana; a qué hora nos levantamos, en qué momento tenemos un ratito de tiempo libre, etc. Para no perder el punto de partida, como decía Santa Clara, queremos vivir desde los valores de Jesús de Nazaret, como los que más realizan a la persona.
.- Uno encuentra un tesoro y lo coge; a otro se le cae… Yo dejé el hospital porque me aportó más alegría y paz interior. Al optar siempre renuncias a algo. Renuncié en este caso a ser enfermera. Algo me sedujo, Jesús. Este es el tesoro que intentamos vivir: encontrar a Dios en el corazón y en el hermano.
.- Nuestra vida es recluida, monótona y… rica. Pero la hacemos rica nosotras… el tesoro está dentro de uno mismo, no fuera. La fuerza está en cada uno de nosotros, es lo que os dará fuerza para salir de aquí lo antes que podáis. Aprovechad el tiempo. 



.- Concentradas en crecer, madurar…
.- Rezando y encerrada me encontré con el tesoro, con Dios…
.- A los seis meses decidí dejarlo todo y seguir el tesoro…
.- Uno es capaz de hacer cosas porque le merece la pena, porque la aporta algo…
.- El señor es centro de mi vida y tratamos de vivir de modo sencillo y pobre. Nuestras habitaciones serán probablemente similares: una cama, una mesita, un trocito de armario para la ropa interior y un lavabo. Ahí transcurre gran parte de nuestra vida, después también en la capilla, en el comedor, en la biblioteca… tenemos mucha formación.
.- La formación es muy importante para nuestro crecimiento personal, estudiamos psicología, pedagogía, etc. 



.- Vivimos de nuestro trabajo, manual. Nos gusta. Así mantenemos la mente concentrada. Antes hacíamos bolsos, pero ahora somos reposteras. Nos gusta. En realidad, somos "temporeras", unos días trabajamos mucho, otros muy poco. En Navidad, mucho; después menos. Depende de las entregas que debamos hacer y las solicitudes que tengamos. Pero nos gusta porque participamos de la suerte de tantos trabajadores, de la precariedad, de la crisis, de la eventualidad, de la clase sencilla, de los pocos derechos. Toca así, corremos la suerte de la mayoría. Estamos super contentas con ello, la sencillez, valor esencial.
.- Rezamos… le pedimos al Señor. Santa Clara nos decía que debíamos ser intercesores, pedir por los miembros más vacilantes y débiles, para que Dios sea misericordioso con los que tienen más problemas…. Rezamos por muchas personas. Ya nos lo dijo el Señor: "Pedid y recibiréis". Como aquella mujer mayor que le pedía al Juez y éste al verse importunado le respondió con justicia… ¡Cuánto más Dios!
.- Y pensaréis… "Ya, pero yo ya le pido y no me lo concede…". Tampoco a mí, pero sigo pidiendo y rezando. Tal vez me lo da de otro modo, de un modo que no entiendo. A veces "la enfermedad" que me sobreviene me acaba dando vida; acabo descubriendo valores, si quiero… A veces puede que necesite de esa enfermedad para entender tantas cosas… Al final, lo que nos hace sufrir tiene su parte de misterio e incomprensión. Pero Dios me ama y me cuida, y tiene misericordia, a pesar de que a veces inicialmente lo que recibo no lo entiendo y cuando pasa el tiempo, soy capaz de verlo. Hay que tener perspectiva.
.- Puede ser también que no lo entienda nunca, pero aún así… confío.
.- A veces todo es un sinsentido, pero ¿qué mayor sin sentido que entregar la vida en la cruz? Es la entrega más absoluta jamás vista.
.- Está claro que siempre es más fácil después de poner rostro, a partir de hoy os tendremos, si cabe, más presentes en nuestra oración y en nuestra vida. 



MOMENTO DE DIÁLOGO Y PREGUNTAS: 

.- Llevo 28 años recluida voluntariamente, ahora como superiora de la casa.
.- Los votos que asumimos son: pobreza, castidad, obediencia y clausura; además de vivir según la regla de Santa Clara, San Francisco y el Evangelio de Jesucristo.
.- Nuestra primera etapa: cuatro años de formación (para discernir qué quiere Dios de nosotras), después votos por tres años (de prueba) y si finalmente das el sí, voto para toda la vida. Si alguna hermana quisiera dejarlo, tendría que pedir la dispensa al Papa Francisco pues ha hecho un compromiso público, ante todos. No se pueden hacer la cosas a lo loco. Ya veis el tiempo que nos tomamos, el tiempo de noviazgo previo.
.- Mi día comienza con el rezo de laúdes (oración en nombre de todo el mundo, en el momento del día que más frescas y más libres estamos) a las 6,30 horas. Después, oración personal, la lectura del Evangelio, meditación… esto supone una hora por la mañana y por la tarde. Como veis, rezar no hace daño a nadie; no hace falta empezar por una hora, pueden ser 10 minutos… A las 8,15 tenemos la misa; después sobre las 9,15 el desayuno; a las 10 vamos al trabajo manual: repostería, maquetación de libros o calendarios litúrgicos, etc. Hay dos días que debemos estar en cocina; dos en el fregado y dos de servir. Todo según Santa Clara, tratando de ser "la sierva de las siervas; hermana y madre a la vez". Por la tarde, tenemos un momento de descanso y de 16 a 19 horas nos dedicamos a la sacristía, economía, biblioteca (tenemos la cronista que se encarga del archivo), la formación, etc.
.- Somos diez hermanas actualmente en el convento. Para entrar en el convento lo primero que hay que pensar es si realmente Dios me llama a la vida contemplativa. Una vez que esto se ve claro, hay que ver compromisos previos que no lo impidan. La madre de Santa Clara entró al convento al quedarse viuda. Nunca se sabe… O está el ejemplo del Hermano Rafael.
.- San Francisco provenía de una familia rica. Se va a la guerra, quiere ser noble pero acaba en la cárcel. Le saca su padre, por dinero, y él se siente mal. Y en ese proceso de "búsqueda" se encuentra un día con un leproso. Por aquel entonces los leprosos debían llevar una campana para hacerla sonar y avisar a la gente de su presencia. Se da cuenta de que Jesús está en el leproso. El rostro del pobre es el rostro de Jesús mismo. Dio un beso al leproso. Y después sigue rezando y leyendo, fundamentalmente, el evangelio de San Mateo. Un día escucha al Señor que le pide: "Francisco, repara mi Iglesia". Y él se pone a reconstruir una iglesia; pero finalmente entiende que no se refiere a la remodelación de una iglesia física; sino de servir a los pobres a través de la Iglesia.
Santa Clara se queda impactada con él, con ese "santo loco", con el "poverello". Intenta vivir como él. Ella se escapa de casa en un domingo de ramos y se va con Francisco: quiere vivir como él, pero Francisco piensa que lo mejor es que se consagre a Dios y entre en un monasterio de benedictinas, que gozaba de privilegio de asilo; así sus padres no podrían sacarla del convento.
Finalmente, Francisco repara la Iglesia que había comenzado a reparar y manda allí a Clara, se le une gente y comienzan a vivir a ejemplo de Francisco.
.- En el locutorio puedo tener contacto con gente, o rezar con personas en la capilla; pero no salgo a actividades de distracción o relax. A veces viene gente a por un bocadillo o a charlar. Atendemos a todo el mundo. Allí tratamos de hacer ver que es posible vivir como hermanos
.- Actualmente no contamos con rejas. La reja es el símbolo de la ruptura, pero ya no tenemos. Se puede decidir si se mantienen o no. Hay conventos que lo mantienen y otros que no. Nosotras tenemos un pequeño bloque de piedra y una planta, que nos recuerda a nosotras que queremos vivir concentradas, pero no separadas de ti. Mi actividad o tarea no consiste en venir a la prisión, sino en dar testimonio de mi vida y rezar por la humanidad y cada uno de vosotros.
.- Para mí nada hay más grande que Dios. A él le entrego toda mi vida. 



LA HERMANA BEATRIZ nos dijo: "no estáis aquí por opción. Sin embargo, este tiempo os puede ayudar a la salida, en el mundo de fuera, para vivir de otro modo, para ayudar a la familia, etc.
Y termina el padre CHUCHI GALÁN que nos dijo que la vida contemplativa venía a ser como adelantar el Reino de Dios aquí en la tierra.
Algunas de las internas se marcharon emocionadas y muy agradecidas por el testimonio y por su oración. En el siguiente enlace se puede disponer de más información sobre las Clarisas de Ávila:  http://www.clarisasavila.org/

https://www.youtube.com/watch?v=ljcB-G_Gk0Q (Entrevista a la madre abadesa, María Teresa, Maite)

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