domingo, 24 de enero de 2016

TESTIMONIO DE DANIEL GAGO (SCOUT SAN ANTONIO) - TALLER-REFLEXIÓN EN LA CÁRCEL DE BRIEVA Y ACOMPAÑAMIENTO DURANTE PERMISO PENITENCIARIO



Algo tan sencillo como explicar lo que somos o lo que hacemos, algo tan sencillo como compartir una comida o hacer una visita a la catedral; cosas que para nosotros no suponen mucho, hay personas que las aprecian de verdad, desde el corazón. Creo que la palabra que mejor define lo vivido estos días es la de agradecimiento. Tengo que agradecer a personas como Silvia y Álvaro el que nos hayan permitido colaborar con ellos en su gran labor de acompañamiento pastoral a las internas de Brieva.  Pero, sobre todo, tengo que agradecerles a ellas todo lo que me han aportado.

Han sido dos ocasiones en las que hemos podido compartir conversaciones, experiencias, risas… Sin embargo, dos ocasiones en las que he aprendido mucho. Me llevo el valor de una sonrisa, el valor de un abrazo y el valor de la confianza que desde un principio nos han brindado. 

Es muy gratificante el ver cómo, al compartir una tarde con ellas, te llevas en tu interior mucho más de lo que las has podido dar. Son personas que viven tiempos difíciles, pero son personas cargadas de una gran ilusión y una gran esperanza y confianza en el futuro. Y son capaces de transmitir esos sentimientos a quienes están a su alrededor. A nosotros, que quizás en muchas ocasiones no sabemos apreciar el valor de las emociones humanas porque preferimos abstraernos y centrarnos en otras cosas que, aparentemente, valen o nos importan más en nuestro día a día. Por ello, una vez más, gracias.

Otra cosa que me llevo de esta experiencia es la necesidad de reflexionar acerca del papel que estas personas juegan en la sociedad. Pronto comenzarán a formar parte de nuevo de ella y eso no es fácil. Supone comenzar una vida nueva, y para ello, somos los demás lo que tenemos que estar ahí, ayudándolas y animándolas en su nueva etapa. No se merecen verse solas, necesitan alguien en quien confiar y alguien que confíe en ellas. 

Quizás sea poco lo que ellas nos puedan dar a cambio, o quizás mucho. Solamente con una palabra de agradecimiento como las muchas que he podido recibir en los dos días que hemos compartido con ellas, es suficiente e incluso sobra. Solamente el signo inequívoco de la ilusión que se desprende del brillo de sus ojos me basta.

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